Es lo que tienen en común los smartphones, misiles de crucero, lavadoras, drones, 5G, equipos médicos, coches, servidores, dispositivos IoT y mucho más. Están llenos de chips, más pequeños que un sello postal, pero actúan como el motor de casi toda la tecnología. ¿Y si no tienes suficientes? Entonces podrías enfrentarte a un gran problema.
¿Qué son exactamente los chips?
Nos encontramos en medio de una crisis mundial de chips, y no solo tú lo notarás, porque junto a esta escasez se libra una auténtica guerra por los chips. Quien controla los chips, tiene poder. Los chips han sido el motor del desarrollo tecnológico de los últimos cincuenta años. Pero ¿qué son realmente? Un chip es una pequeña lámina de silicio que contiene decenas de millones hasta miles de millones de diminutos circuitos electrónicos. La potencia de procesamiento se mide en nanómetros: cuanto menor el número, mayor la capacidad y más complejo y costoso su proceso de fabricación. Por ejemplo, el chip que calcula la cantidad de combustible en un coche tiene 180 nanómetros; una lavadora opera con 65 nm; 4G con 22 nm; tu portátil con unos 7 nm y un iPhone 12 Pro con 5 nm. Las tecnologías del futuro, como la inteligencia artificial y los coches autónomos, funcionarán incluso con chips de 2 nm. Pero no todos pueden fabricarlos. Quien sí lo consigue, obtiene una gran ventaja tecnológica y económica. Aunque primero, veamos por qué hay tanta escasez de estos componentes.
COVID-19
El mundo ha cambiado y el teletrabajo se ha convertido en la norma. Años de evolución tecnológica se desarrollaron en cuestión de semanas. Empezamos a hacer videollamadas por Teams, compramos en masa gadgets tecnológicos y, al no poder salir, también aumentó la venta de consolas de videojuegos. Como puedes imaginar, esto disparó la demanda de chips. Esta explosión inesperada provocó una escasez global sin precedentes, sobre todo en la industria automotriz, donde los coches dependen de cientos de chips. Si falta uno, no se puede fabricar el vehículo. Nunca antes se tuvo que esperar tanto por un chip, lo que es frustrante si estás esperando una PlayStation 5 o una cámara nueva. Pero lo más preocupante es que muestra cuán dependientes somos de los chips y de quienes pueden fabricarlos. Quien fabrica los más avanzados, tiene influencia.
Los chips más avanzados
El 70 % de los chips se fabrican en Asia, considerando todos los tipos. Pero si nos enfocamos en los más avanzados, solo quedan Corea del Sur y Taiwán. Allí se encuentran Samsung y TSMC, y esta última podría ser una de las empresas más importantes del mundo de la que probablemente nunca hayas oído hablar. TSMC fabrica chips por encargo para otras empresas. Es muy probable que tengas uno de sus chips en tu bolsillo ahora mismo.
Se han hecho gigantes produciendo chips para Apple, entre otros. Ya fabrican chips de tres nanómetros y están trabajando intensamente en los de dos. Planean invertir casi 100 mil millones de dólares en los próximos años para mantener su ventaja tecnológica. Una inversión necesaria, ya que la fabricación de chips tan potentes es un proceso extremadamente complejo y lento. Hacer un chip es como restaurar una pintura: capa por capa, átomo por átomo. Toma unos tres meses, y si algo sale mal en el día 3, no lo descubrirás hasta el final. Las máquinas que lo hacen posible vienen de ASML, una empresa neerlandesa que es la única en el mundo capaz de construir estas herramientas clave. Cada máquina cuesta 200 millones de euros y tiene tiempos de espera de hasta ocho meses.
China y Estados Unidos
Una vez instaladas estas máquinas, aún se requieren meses para calibrarlas, siempre y cuando se cuente con el conocimiento necesario. No puedes simplemente alcanzar a TSMC o Samsung: además de mucho dinero, se necesita de 10 a 20 años. Solo dos empresas en dos países dominan este conocimiento. El resto del mundo depende de ellos. Incluso las empresas más avanzadas de China y EE. UU. están varias generaciones atrás. EE. UU. intenta evitar que China cierre esta brecha, impidiendo que TSMC le suministre chips. Huawei y Apple son los principales clientes de chips de 5 nanómetros, así que TSMC acató la orden.
China, por su parte, intenta fabricar sus propios chips avanzados, pero necesita las máquinas de ASML. EE. UU., a través de un rodeo diplomático, ha bloqueado esa exportación. Así intenta mantener su ventaja y está invirtiendo fuertemente en autosuficiencia, igual que China, que destina 1,4 billones de dólares. La UE no quiere quedarse atrás, ya que tampoco quiere depender de unas pocas fábricas, sobre todo por la tensa relación entre China y Taiwán. China considera a Taiwán una provincia rebelde y desea reunificarla con el continente. Por eso, la Comisión Europea quiere duplicar la capacidad de producción para 2030 y destinará grandes sumas de dinero a ese fin.
Mientras la carrera por la supremacía en el mundo de los chips continúa, aún enfrentamos escasez de los chips menos complejos, que también necesitamos con urgencia. La escasez mundial de estos pequeños ordenadores persistirá al menos durante todo este año. Porque ahora ya sabes: fabricar un chip no es tarea fácil. Solo nos queda observar cómo se desarrolla todo esto.
Fuente: NOS
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